Impacto socioeconómico de la deontología de las profesiones colegiadas

Una reflexión sobre el potencial económico de la deontología profesional «Las reglas deontológicas y los estándares que regulan la conducta del profesional enfatizan sus deberes respecto…

Una reflexión sobre el potencial económico de la deontología profesional

«Las reglas deontológicas y los estándares que regulan la conducta del profesional enfatizan sus deberes respecto de su cliente (información, confidencialidad, etc.), tratando de preservar la delicada relación entre el cliente y el profesional. Estas normas también están indirectamente orientadas a garantizar la calidad de los servicios ofrecidos, por ejemplo, subrayando el deber del profesional de informar a su cliente, o de mantener sus conocimientos constantemente actualizados. De esta manera, favorecen al cliente a la vez que contribuyen al bien público».
Francisco Marcos, profesor titular de Derecho Mercantil

Dentro de la campaña 2.0 que promueve Unión Profesional (UP) estos días sobre la relevancia de la deontología profesional, en esta nota se glosa una introducción sobre su impacto socioeconómico. Un capítulo contenido en el estudio La función deontológica de las organizaciones colegiales y su impacto económico y social, desarrollado por UP.

  • Sobre el mercado de servicios profesionales

Si existe un cauce que atraviesa tanto el funcionamiento del mercado de servicios profesionales, como los criterios de ejercicio en el sector público es la deontología profesional. Brevemente:

– Dado que el mercado de servicios profesionales está afectado gravemente por la asimetría de información entre el profesional y el cliente o paciente, el hecho de que el profesional esté sujeto a un control deontológico en su actuación profesional introduce el factor fundamental de confianza social para el buen funcionamiento de este mercado.

– Por su parte, cuando el profesional ejerce bajo el paraguas deontológico, su prestación se efectúa, más claramente, con arreglo a criterios de eficiencia al articular de forma óptima los medios y recursos necesarios para el servicio. Además, asume un nivel de productividad sostenible en la asunción del volumen de casos atendidos con lo que se evita el fenómeno de la mcdonalización de los servicios.

  • Externalidades e internalidades

Una externalidad es un efecto de carácter positivo o negativo sobre terceros producto de una actividad económica. Como ejemplo, la contaminación de una fábrica que afecta a una población. Mientras, una internalidad, ocurre dentro de la transacción económica y son aquellos costes o beneficios derivados no acordados.

– La principal externalidad de la existencia del control deontológico reside en el efecto positivo de la certidumbre sobre todos los agentes de la economía desde productores a consumidores. Los servicios profesionales son bienes intermedios en muchos otros sectores y también de consumo final. Por ello, una correcta articulación del control deontológico favorecerá un mejor desempeño económico y aumentará el bienestar social.

– Debido a la elevada asimetría de información en los servicios profesionales, espacio donde se producen las internalidades, sin la adecuada sujeción a los códigos deontológicos de los profesionales, los clientes y pacientes tendrían menor confianza y tenderían a incurrir en costes para completar la brecha de información, aún sin garantía de éxito, respecto a la calidad de los profesionales como ejemplo.

  • Valor del objeto del servicio profesional

Asimismo, no se debe olvidar la incidencia sobre el valor de los bienes y derechos objeto de la prestación de servicios profesionales de acuerdo a criterios deontológicos sólidos.

– La existencia del control deontológico del profesional produce que éste otorgue más estabilidad y aportación de valor en el tiempo al concepto físico o jurídico. Basta citar materias clave como la salud, la gestión patrimonial, el estado de edificios o infraestructuras, la fiabilidad científica o la integración social, entre otros.

– Si contemplamos un ejercicio profesional sin la sujeción a normas deontológicas tenderían a ocasionarse y hacerse evidentes una serie de riesgos a corto, medio y largo plazo en las materias sensibles nombradas anteriormente. Todo ello, reduciría el nivel de bienestar social y afectaría a la credibilidad de los profesionales.

Toda la información sobre la campaña #deontologiaUP en el siguiente enlace: La deontología profesional como norma que dicta la conducta de los profesionales