Un viaje de Twitter al Congreso: #CienciaenelParlamento

Por Emilia Aiello, Cristina Giménez y Lorenzo Melchor   La iniciativa #CienciaenelParlamento surgió en la nochevieja de 2017 a 2018 a través de un coloquio en…

Por Emilia Aiello, Cristina Giménez y Lorenzo Melchor

 

La iniciativa #CienciaenelParlamento surgió en la nochevieja de 2017 a 2018 a través de un coloquio en Twitter entre profesionales de la ciencia que debatían sobre la necesidad de tener en nuestro país mecanismos de asesoramiento científico eficaces y accesibles para la política. En pocas horas, algunos de ellos, motivados y movilizados por la cuestión, se habían organizado y habían creado una cuenta oficial de Twitter de lo que sería “#CienciaenelParlamento” [@cienciamento], redactando a su vez brevemente cuál era el objetivo de la iniciativa y una hoja de ruta para conseguirlo. En menos de un mes, la cuenta de Twitter contaba ya con miles de seguidores. Lo que había sido durante años un tema de discusión de algunos científicos y científicas que siempre han realizado ciencia para la sociedad, era ahora una nueva realidad social organizada.

 

En menos de un mes, la cuenta de Twitter contaba ya con miles de seguidores.


Twitter y las redes sociales fueron solo el mecanismo para que estos investigadores e investigadoras lanzasen el debate y la reflexión común acerca de la necesidad de crear en España una oficina de asesoramiento científico en el Congreso de los Diputados, como ya existe en otras democracias europeas y más allá. Este es el caso de la
Parliamentary Office of Science and Technology (POST) del parlamento británico, del Rathenau Institute del parlamento holandés, o del Panel for the Future of Science and Technology (STOA) del Parlamento Europeo. Observábamos que España es uno de los pocos países que aún no formaba parte de la Red Europea de Oficinas de Asesoramiento Científico, la red EPTA. Ante este vacío en la realidad del asesoramiento científico en nuestro país, había dos opciones. Por un lado, una actitud pasiva para simplemente denunciar este déficit de nuestra democracia, argumentando la poca solidez y falta de argumentos científicos a la hora de legislar o simplemente de discutir temas que necesitan beber del conocimiento científico. O, por otro, una actitud proactiva, resolutiva y creativa: transformar lo que era una dificultad en una oportunidad de construir desde abajo y, en colaboración con la sociedad civil, una alternativa real.

 

Observábamos que España es uno de los pocos países que aún no formaba parte de la Red Europea de Oficinas de Asesoramiento Científico, la red EPTA.


Dado que una de las misiones clave de la ciencia es crear conocimiento científico que contribuya a avanzar respuestas efectivas a los retos presentes y futuros de nuestra sociedad, transformándola y mejorándola, optamos por la segunda opción. Esto es también una demanda de la ciudadanía española y europea, como se refleja en lo que será el próximo Programa Marco de Investigación Científico europeo,
Horizon Europe, el cual ha definidomisiones’ orientadas a ofrecer soluciones, oportunidades y al mismo tiempo un enfoque a los múltiples retos que encuentra la ciudadanía día a día. 

La oficina POST en Reino Unido o STOA en el Parlamento Europeo han sintetizado el conocimiento científico existente en campos tan diversos como envejecimiento y salud, la interconexión de electricidad, el impacto de las ‘fake news’, el big data y la protección de datos, etc. Con ambos casos como referentes, #CienciaenelParlamento no trata de reinventar la rueda, sino que parte de un estudio en profundidad de las diferentes formas de asesoramiento científico en otros países, usando aquellas que funcionan y adaptándolas al contexto español. Ese era nuestro punto de partida.

 

#CienciaenelParlamento no trata de reinventar la rueda, sino que parte de un estudio en profundidad de las diferentes formas de asesoramiento científico en otros países.


En menos de un año, #CienciaenelParlamento se ha consolidado y está provocando cambios. La rapidez con la que cuajó la iniciativa y los consensos establecidos en torno a ella ponen de manifiesto al menos dos cuestiones:

Por un lado, la urgencia y demanda de la existencia de este tipo de mecanismos de asesoramiento científico de manera estructural y transversal en nuestro país. Esta realidad no se percibe como necesaria solo por parte del sector científico, sino también por la sociedad civil. La sociedad española quiere y demanda que las políticas públicas no se hagan solamente en base a ideología, sino que también estén informadas por la evidencia científica y que incorporen los consensos científicos existentes, estableciendo así al menos las bases del debate sobre cuestiones que afectan a nuestro día a día. Esto se ha observado, por ejemplo, en la buena acogida y el impacto en términos de difusión que ha tenido #CienciaenelParlamento, habiendo realizado jornadas informativas en más de diez ciudades, contando con públicos tan diversos como investigadores, representantes políticos, o sociedad civil -desde niños y jóvenes, hasta población en general con niveles muy diversos de alfabetización científica. 

Por otro lado, la reciprocidad de los representantes políticos en el Congreso de los Diputados, sobre el no-cuestionamiento de este tipo de iniciativas, que al margen de la ideología política, ve en la ciencia y en los y las científicas españolas, aliados a incluir y a tener en cuenta a la hora de la formulación de las políticas públicas, sean éstas la educación y la importancia de las matemáticas, la resistencia antimicrobiana, o el cambio climático, por mencionar solo algunos de los temas que se trataron en las Primeras Jornadas de #CienciaenelParlamento celebradas en el Congreso de los Diputados el 6 y 7 de Noviembre.

 

La sociedad española quiere y demanda que las políticas públicas no se hagan solamente en base a ideología, sino que también estén informadas por la evidencia científica y que incorporen los consensos científicos existentes.


A inicios de 2019, la Mesa del Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad la creación de una oficina de asesoramiento científico, que tendría como finalidad la preparación de informes sintéticos que recojan los consensos científicos sobre aquellos temas para los que la sociedad pide una respuesta. Así, #CienciaenelParlameto cumplirá su máxima “Ciencia para la Política”, que no «Política para la Ciencia», es decir, poner el conocimiento científico a disposición de la gestión pública.  

Desde su labor independiente de los partidos o entidades políticas, #CienciaenelParlamento necesitará profesionales entrenados en el método científico, capaces de familiarizarse con cualquier tema y de entrevistarse con multitud de personas expertas en el ámbito, con el objeto de sintetizar las principales evidencias científicas sobre aquellos temas que sociedad y política requieran asesoramiento para transmitírselo a los diputados y diputadas.

En esta misión, el contacto y colaboración con agentes de la sociedad civil organizada también será fundamental, para lo que Unión Profesional, como cuerpo que agrupa las profesiones colegiadas españolas, será un organismo clave de consulta para #CienciaenelParlamento al menos por tres razones:

 

  1. Porque los Colegios Profesionales representan los cuerpos legítimos organizados de profesionales de diversos ámbitos y pueden identificar aquellas necesidades sociales y potenciales escenarios futuros a los qué tendrá que responder la ciencia.
  2. Porque #CienciaenelParlamento se erige como el mediador del conocimiento capaz recoger al mismo tiempo el conocimiento, posturas y visiones de cada ámbito profesional, desde el sector académico al empresarial o al fundacional, para cuyo ejercicio la interlocución con los Colegios Profesionales será clave. 
  3. Porque conjuntamente #CienciaenelParlamento y los Colegios Profesionales pueden formar profesionales avezados en la interacción constante entre el conocimiento científico y las políticas públicas, permitiendo primero una mayor fluidez en la relación entre ciencia y política y segundo una mejor respuesta a los retos sociales que nuestra democracia debe afrontar.

En definitiva, la colaboración y diálogo entre #CienciaenelParlamento y los Colegios Profesionales enriquecerá el trabajo de ambos y mejorará de forma colectiva las respuestas que cada uno ofrezcan a los retos y misiones encontradas. En última instancia, esta cercanía entre el conocimiento científico y las políticas públicas permitirá mejorar nuestro ecosistema parlamentario y fortalecer nuestra democracia para beneficio del conjunto de la sociedad.


La colaboración y diálogo entre #CienciaenelParlamento y los Colegios Profesionales enriquecerá el trabajo de ambos y mejorará de forma colectiva las respuestas que cada uno ofrezcan a los retos y misiones encontradas.